7.8.10

Lecturas de la lectora III

foto: Anahí Flores


La lectora hoy tiene muchas ganas de conversar sobre libros. Pero no sobre uno  en particular, sino sobre las peculiaridades de cada lector: si escribe o no en los márgenes (¿no, jamás haría una barbarie así?, ¿sí, pero sólo con lápiz gris clarito?, ¿sí, y con biforme o marcador indeleble?); si dobla o no las páginas; si compra usados o nuevos (o si le es indiferente); si los huele o los prueba o los escucha (sí, los libros pueden ser apreciados por todos los sentidos); si lee en cualquier lugar, incluso con gente a su alrededor hablándole, o si debe internarse en un sitio solitario; y sobre tantas manías más. La lectora, al pensar en estas cosas, recuerda a una autora que leyó (y releyó) hace varios años. Está convencida de que si un día se encuentra con dicha autora en persona (lo que es poco probable) van a entenderse profundamente por el solo hecho de compartir el amor, en forma íntima o pública, hacia los libros.
Siendo que las posibilidades de encontrar a Anne Fadiman en Buenos Aires son nulas el día de hoy, la lectora va hasta su biblioteca y le da la mano a Ex-libris, Confessions of a common reader. La tarde será toda para ellas.

Otras lecturas de la lectora, aquí y aquí.

7 comentarios:

Cookie / Cat dijo...

Yo suelo comprar libros usados. No sólo porque son más baratos y entonces puedo comprar más con el mismo presupuesto (es una adicción cara, leo mucho...), sino porque son libros con historia, con olor a papel viejo, eso me encanta.

Nunca los escribo. No les doblo las hojas. A veces se me rompen, porque de tanto leeerlos y releerlos hay encuadernaciones que no resisten. ;(

Anónimo dijo...

Jamás de los jamases doblaré la hoja de un libro. Antes me corto la mano, mire lo que le digo. Si los huelo, si los siento. Apenas en 2 o 3 escribí algo mínimo. Los cuido mucho. Puedo comprar libros usados pero me gustan los nuevos.

La lectora dijo...

Cat: totalmente, el asunto monetario no es un tema menor. También me gustan los usados porque tienen, en las estanterías, un cierto desorden que no aparece en las librerías nuevas. Y porque se pueden encontrar rarezas agotadas. O libros con dedicatorias misteriosas. En fin ¡sorpresas!

El Dropi: veo que no es carnal con sus libros. La lectora no es que deshoje los libros, no, pero les hace ciertas marcas. Como cuando uno agarra la mano de alguien con muchas ganas y le deja, al soltarlo, una marquita colorada. No sé si me explico. :-)

¡Abrazo a ambos!

Anónimo dijo...

Las horas pasan sin registro en las librerias de usados. Cada libro encontrado tiene la magia y el valor del descubrimiento.
Pero sin duda los míos no los podría vender. No sólo por razones afectivas, sino porque están subrayados, con diferentes marcas y no pocas veces escritos.

La lectora dijo...

Eslabón y pedernal: ¡cuando seas famosa, tus libros con anotaciones y marcas van a ser muy bien cotizados!

siemprelomismo dijo...

Ay, qué placer los libros...tocarlos y ojearlos, abrirlos con entusiasmo y anhelo, terminarlos con la angustia del final.
Yo los escribo, no a las novelas, los subrayo, los releo, no pido libros prestados, no presto los míos!
Los regalo cuando ya no los quiero.

La lectora dijo...

Siemprelomismo: Veo que compartimos el amor por los libros. Sólo que yo me resisto a dejar de prestarlos... incluso cuando a veces me arrepienta después. ¡Gracias por pasar!